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La soja sigue en el podio de productos exportados aunque los ingresos caen_14.08.2015

Aunque los ingresos de dinero al país por la venta de soja al exterior descenderán, la oleaginosa sigue ocupando un lugar en el podio de los productos exportados por Uruguay, ubicada solo por debajo de la carne y de la celulosa –y por encima de los lácteos–, previéndose que este año genere divisas en el orden de los US$ 1.180 millones.

Ello es aproximadamente un 30% menos que los US$ 1.617 millones generados en 2014, tratándose de una baja significativa.

Ese fue uno de los datos que expuso el economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte, en el marco del 5º Encuentro Nacional de la Mesa Tecnológica de Oleaginosos (MTO), desarrollado ayer en la Cámara Mercantil de Productos del País.

Considerando los resultados de un trabajo denominado Observatorio de Oleaginosos Uruguay: indicadores sectoriales y escenarios futuros, Rosselli comentó que en la zafra de 2014/2015 el área cultivada con soja se retrajo levemente en relación a la de la campaña anterior –3%–; no obstante, permaneció en registros históricamente altos, en 1,46 millones de hectáreas. Para la zafra venidera se estima un área de 1,3 millones de hectáreas.

La retracción se produjo básicamente en las denominadas áreas marginales, donde la agricultura había avanzado en zonas que antes básicamente se dedicaban a la ganadería.

La reducción apreciada fue, por otra parte, mayor en la soja de segunda. En la última zafra el área de soja de primera fue el 75% del total.

Otro detalle expuesto fue que, dada la ausencia de lluvias en la fase final del desarrollo del cultivo, los rendimientos promedio también mostraron un descenso en relación a las dos campañas anteriores, quedando en torno a los 2.300 kilos por hectárea como promedio nacional.

De todos modos, se subrayó que hay un nuevo escalón de rindes promedio, tratándose de un escalón notoriamente más elevado que el de hace unos años.

El 37% de la última producción se ubicó en el litoral sur; 25% en el litoral norte y norte; 19% en el centro; 12% en el este; y 7% en el noreste.

En el mencionado estudio se detectaron rendimientos 20% superiores en el litoral sur.

La suba del dólar, se explicó en relación a otro item analizado, incidió con un ajuste a la baja del costo de la soja de primera y de segunda de 14%.

Obviamente, hubo un ajuste a la baja en los márgenes, de US$ 510/ha a US$ 230/ha para la soja de primera y de US$ 450/ha a US$ 224/ha para la de segunda, tratándose de reducciones fuertes entre las dos últimas zafras, con ajustes que al igual que en otros aspectos variaron según las zonas del país.

Las rentas están bajando a unos 240 kilos/ha, tras el pico de 2012 que fue de 372 kilos/ha.

Los precios de la oleaginosa, tras una década de fuerte expansión, han experimentado una caída que actualmente los ubica en unos US$ 330/ton –tal fue lo que se estima lograron los productores–, un 35% por debajo de los picos alcanzados en abril del año pasado (US$ 562/ton).

Con una cosecha que se estimó en 3,35 millones de toneladas, las exportaciones significarán un ingreso menor al antecedente más próximo, ubicándose en los US$ 1.180 millones mencionados.

A ello se le añaden unos US$ 67 millones por concepto de granos para la industrialización. En 2015 se molerían en la industria local 186 mil toneladas, 50% más que en 2014.

Rosselli estimó el valor bruto de la producción de soja en US$ 1.250 millones, fruto de US$ 1.000 millones de valor bruto de producción en chacra y US$ 247 millones de valor en secado, acopio, flete y comercialización.

Un dinamizador de la economía

Pablo Rosselli, en el salón principal de la Cámara Mercantil de Productos del País colmado de actores involucrados en el complejo sojero nacional, informó que el sector oleaginoso continuó siendo un dinamizador de la economía nacional, demandando en la zafra 2014/2015 unos US$ 600 millones en insumos y servicios agrícolas, pagando rentas por más de US$ 230 millones y demandando servicios de transporte, acondicionamiento del grano y comercialización por unos US$ 250 millones adicionales.

Por otra parte, destacó que se estima que la soja es un soporte clave de más de 15.500 empleos agrícolas y en servicios en el sector, en tanto unas 2.200 personas más están involucradas en el transporte del grano durante la zafra.

Finalmente, considerando los impactos directos e indirectos del cultivo, contrariando lo que en muchos ámbitos se suele considerar, Rosselli resaltó que por cada US$ 100 que se exportan de soja hay US$ 68 que significan valor agregado en el país.

Finalmente, en un aspecto al que los productores asignan especial relevancia, citó que de acuerdo a la FAO habrá una recuperación lenta de los precios, pero sostenida, con un precio de US$ 410 por tonelada proyectado a 2024.