Novedades

Hay que mantener o incrementar la inversión tecnológica_23.08.2015

Pese a la baja de los precios en la soja, se deberá mantener o incrementar la inversión en tecnología para producirla, de tal modo que en la relación costo beneficio el ingreso aumente, lo cual permitirá corroborar que muchas veces lo barato sale caro.

Esa reflexión fue uno de los aportes que realizó Jorge Erro, director de Barraca Erro, en el 5° Encuentro Nacional de la Mesa Tecnológica de Oleaginosos, el jueves 13 de agosto en la Cámara Mercantil de Productos del País.

Erro enfatizó que «no podemos restringir el paquete tecnológico» y que «la productividad en la soja va a ser la clave», por lo cual pidió «razonar en costo por tonelada producida y no por hectárea».

Erro dejó en claro que existe un paquete tecnológico que todavía falta aplicar: «resta profundizar en la aplicación del conocimiento que Uruguay ya tiene».

Tras citar que en Argentina, Brasil, Estados Unidos y Paraguay hay rindes de 3.000 kilos de soja por ha en tanto Uruguay está en 2.300 kilos, expresó que «no nos podemos permitir el lujo, en un año complejo, de no tener productividad», porque «la productividad va a licuar muchos costos».

El de la productividad «es un tema tremendo, hay que acortar esa brecha importante» que existe entre los campos experimentales y los cultivos, reflexionó. Dijo que conoce campos con ambientes elegidos, sin restricción de agua y con toda la tecnología que han dado 5.700 kilos, cuando campos experimentales dan 7.000 kilos.

En función de un dato citado antes por el economista Pablo Rosseli, de Deloitte, destacó que esforzarse en eso será clave para, entre otras cosas, mantener vigoroso a un sector que genera empleo directo para 15.500 personas.

También reconoció que este es un año de transición. Indicó que los arrendamientos «ya se están acomodando», con lo cual un costo clave baja. Admitió que a la vez muchos costos de los insumos no se han acomodado, porque suele suceder que el precio del comoditie baja rápido y en los insumos eso demora un poco más.

De todos modos, admitió que considerando los precios de la semana previa a la actividad, precisando que la volatilidad ha sido casi constante, «los precios en ecuaciones de kilos están todavía parecidos a los del año pasado, pese a la baja, más que nada por el acomode de las rentas».

Otro aspecto que contribuirá a la reducción de costos es que el doble cultivo, señaló. Sobre ello, dijo que «sabemos de las restricciones que tenemos en clima, en los cultivos de invierno, pero alguna solución tenemos que buscarle, es un desafío que tenemos como sector».

Otra idea que dejó al auditorio es la de adecuar los acuerdos de arrendamientos, hacerlos a mediano plazo, a cinco años o más, para ambientar «proyectos productivos más intensos que incorporen el uso y manejo del suelo que es tan necesario».

En otro orden, sugirió que un camino para generar una sofisticación en soja es buscar nichos de mercado de productos diferenciados y diferenciar destinos.

Las noticias surgidas en China –la devaluación del yuan–, mercado clave para la soja uruguaya, instan a no quedarse quietos.

«Hay demanda de productos diferenciados dentro de la soja (…), será cuestión de articular, pero puede ser un nicho para Uruguay, por escala, por un montón de cosas. No podemos pensar en una escala que nos permita competir con Matto Grosso, pero tenemos una escala que permite obtener un producto diferenciado; hay que trabajar en eso y en destinos diferenciados», concluyó.