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El maíz se fue de rally en Chicago, la soja aguantó el temporal_13.09.2015

El maíz vio datos del USDA que el mercado tenía ya asimilados. Pero tratándose de información made in USDA, nunca se sabe. El organismo agrícola finalmente convalidó lo que era un secreto a voces: que la cosecha de la zafra nueva (2015/16, que se encuentra arrancando) será menor a lo previsto por la propia oficina estatal, igual que los existencias finales de la zafra disponible (2014/15), así como los de la nueva. Los datos de nuevos negocios de exportación cerrados en la última semana hicieron parte del trabajo, antes de conocerse los datos del informe mensual comentado.

La otra sorpresa del día fue la soja, desde todo punto de vista. El día había arrancado con nuevos negocios de exportación cerrados durante la última semana muy superiores a lo esperado por el mercado (1,7 millones de tons), a lo que se sumó un nuevo negocio en el último día, de alrededor de 170 mil tons adicionales. Hasta acá, una demanda firme operando sobre la producción que está a punto de empezar a cosecharse generalizadamente, lo que hace pensar en compradores del exterior aprovechando los sostenidos ajustes bajistas. En otras palabras: actuar como cualquier buena ama de casa, administrando la plata, comprando los días de ofertas.

Ya entrando en la oferta, el USDA lo hizo de nuevo: cebado por el efecto psicológico del informe de agosto, en el de setiembre volvió a aumentar su previsión de una mayor cosecha. Esto implicó redoblar la apuesta: el mes pasado el mercado venía descontando recortes en la cosecha 2015/16 (que empieza en estos días), pero el USDA le dio la espalda y decidió subir sus cálculos. La historia es conocida: el  mercado se fue al subsuelo. Pero la apuesta de setiembre, si era tal, le salió mal. La soja sintió el jab de derecha, quedó groggy durante la primera hora posterior al informe, reflejada en las caídas de 5 y 6 dólares por ton. Sin embargo, la oleaginosa ya venía con el cuero grueso. Pasada la primer hora, empezó a recomponerse, no se enloqueció, entró a medir a los precios, se apoyó en el maíz (que ya venía expreso desde hacía rato) y llegó al final apenas por encima del cero, lo que no es menor considerando el mismo efecto que provocó un nuevo aumento del cálculo de producción por parte del USDA. Pero las segundas partes dicen nunca ser buenas.

La harina de soja continúa mostrando firmeza sostenida, incluso comparándola con el poroto, en donde las bajas del último año no han acompañado las del poroto. La industria de molienda en EEUU se mantiene ávida por el grano, demandándolo a tal punto que no deja caerlo todavía más, lo que sigue dejándolo caro frente a origen del Mercosur. Se viene la cosecha del poroto en EEUU y el efecto estacional debería hacerse sentir. La harina se muestra con un mercado comprador, que resulta responsable en parte que el grano no caiga más.

El trigo volvió a ver fuego enemigo, pese a que los cálculos de cosecha disponible en EEUU fueron los únicos sin cambios. El resto subió todo: producción e inventarios mundiales así como inventarios finales de EEUU 2015/16. El mercado ya esperaba todo esto, lo que podría haber actuado como efecto anticipación. La firmeza del maíz para irse de rally se trasladó por difusión a su hermano el trigo, el que terminó con buenos cierres, si bien fueron los menores en la comparación de los tres granos de Chicago.