Fuerte repunte de valores para la soja_15.07.2015
Si la tendencia de costos a la baja, rentas que se ajustan a la nueva realidad y precios internacionales que se afirman, el área destinada a la soja en Uruguay no sólo se mantendría, sino que podría llegar a crecer.
De cara a una nueva campaña agrícola de la oleaginosa, los técnicos y asesores muestran opiniones bastante encontradas, pero las recientes subas de precios en Chicago y otras señales como el nivel de importaciones de China, alienta a seguir apostando a la soja.
China es el mayor comprador mundial de soja y hasta el pasado mes de junio, importó 8,09 millones de toneladas de la oleaginosa, volumen que representa el segundo nivel más alto luego de que los procesadores aumentaron las importaciones para aprovechar los suministros sudamericanos baratos, según publicó Reuters.
Las importaciones de junio, las más altas de este año, subieron 26,6% frente al mismo mes del año pasado y hasta 32% a partir de mayo, según los datos de la Administración General de Aduanas de China.
Las importaciones de soja sudamericana en el primer semestre del año aumentaron 2,8% y las interanuales a 35,1 millones de toneladas, publicó la agencia de noticias.
Precios. La suba de valores registrada esta semana en el mercado de Chicago, estuvo determinada por el temor de que no se pueda completar el área de intensión de siembra en Estados Unidos, explicó el trader de Agrosur Fernando Villamil al ser consultado por El País.
Es que en el marco del estado actual de los cultivos estadounidenses puede haber un área que esté afectada y que podría no ser cosechada. En consecuencia, el volumen a levantar sería menor.
“A su vez, las dificultades de implantación del cultivo pueden incidir en el potencial de rendimiento final y eso es lo que está recogiendo el mercado actualmente”, agregó Villamil.
Según su visión, “si eso ocurre y existen altas probabilidades de que sea así, va a tener un efecto positivo sobre el precio en la medida que incidirá directamente en una menor cosecha de la oleaginosa en Estados Unidos y obviamente, en existencias más bajas que las que estaba estimando el mercado, lo que le estaría dando un soporte interesante al precio para nosotros, porque estamos en vísperas de la siembra”.
Ayer en el Puerto de Nueva Palmira el precio de la tonelada de soja uruguaya cotizaba a US$ 345 y US$ 350 para la cosecha nueva, al tiempo que para soja disponible se manejaba un precio más alto: US$ 365 por tonelada.
A diferencia del año anterior, el 2015 es histórico porque los productores -debido a los bajos precios- retuvieron la soja cosechada. “Se estima que hay para vender en el orden de 600.000 y 700.000 toneladas. A esta altura, en términos relativos, lo que queda por vender es un porcentaje muy alto comparado con años anteriores”, explicó el trader de Agrosur. El volumen mencionado anteriormente representa el 20% de la soja cosechada en manos de los productores para venderse.
El área a plantarse con soja en Uruguay está estrictamente ligada a lo que pase en Estados Unidos. “Dependerá mucho de si se consolida un precio más alto como está pasando ahora y de si realmente el volumen de la soja de Estados Unidos es menor a la que se espera”, estimó Villamil.
En ese sentido explicó que “si continúa la tendencia de precios de estos últimos días y eso permite un nivel de valores más alto, es probable que el área de soja no caiga”.
El operador indicó que otra tendencia positiva “es que los costos de producción se fueron ajustando, no en los niveles que se esperaba, pero en dólares hubo un ajuste de los insumos, rentas y servicios. Eso con un precio que se vaya afirmando, va a determinar un crecimiento en la rentabilidad del cultivo”. Por consiguiente, los productores recobrarían la confianza en la oleaginosa.
En el año agrícola 2013/14 la soja alcanzó 3,4 millones de toneladas; el volumen cosechado cayó 8% respecto al récord del ejercicio agrícola anterior. Según datos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, a partir de la caída de la productividad promedio en el año agrícola mencionado, se llegó a un tercer ciclo de rendimientos promedio superiores a los 2.300 kilos por hectárea (el promedio del trienio fue de 2,472 toneladas por hectárea).
En el ciclo pasado, el clima complicó bastante a los cultivos, principalmente a lo que fueron sojas de segunda (como segundo cultivo). Algunas chacras se perdieron y al igual que algunas sojas de primera bajaron los rendimientos pues enfrentaron problemas de déficit hídrico en momentos clave de desarrollo. Hasta ahora, el cultivo de soja ha sido el motor que hizo ganar área a la agricultura granelera de secano, con crecimientos constantes de área en cada zafra, donde los costos siguieron subiendo.